Los
yanomamis conforman el pueblo indígena relativamente aislado más numeroso de
América del Sur. Viven en las selvas y montañas del norte de Brasil y del sur
de Venezuela. Están divididos en tres grandes grupos: sanumá, yanomam y yanam. Estos hablan varias lenguas diferentes, pero se entienden
entre ellos. Son un pueblo humilde, dedicados a la caza y la recolección, donde
además no existían ni el tiempo ni los años, y su sistema de numeración solo
llegaba hasta dos, alguna cantidad mayor era considerada como mucho.
El documental titulado “El regreso de Yarima” muestra la historia de una
india yanomami que es ofrecida en matrimonio a un antropólogo estadounidense
como regalo del jefe de la tribu. Este acepta y se casa con ella pero se va un
tiempo y luego regresa para encontrar que su joven esposa había sido violada y
maltratada, pues esta era una tradición de su pueblo hacer esto cuando una
mujer era abandonada por su esposo. Ken toma a su esposa y la lleva consigo a
Estados Unidos y allí lleva una vida totalmente distinta a todo lo que conoció
de niña, pues existía un enorme contraste entre su vida en Norteamérica y su
mundo yanomami. Yarima anhelaba siempre con regresar a su pueblo, ya que después
de que partió la primera vez, solo había vuelto en una ocasión para dar a luz a
su segunda hija.
Un día la familia de Yarima emprende un viaje hasta Venezuela para
pasarse unos días en el pueblo yanomami, pues querían que sus hijos conocieran
sus raíces y aprendieran de ellas. El viaje fue muy largo y fatigoso, pues a
pesar de que esta población se encontraba lejos de la sociedad moderna, cada
cierto tiempo se trasladan a una parte diferente de la selva, por lo que fue
mucho más difícil de encontrarlos.
Una vez lograron llegar al lugar en que se encontraban los yanomamis,
Yarima y su familia fueron bienvenidos y ella fue tratada como si nunca se
hubiera ido. Ella se sentía muy feliz de estar con su gente y poco a poco fue
adoptando nuevamente las costumbres de su pueblo hasta que ya se veía como una
más de ellos. Pero luego de tan solo un par de días allí, tuvieron que partir
de nuevo a Estados Unidos porque tanto Ken como Yarima temían que sus pequeños
hijos se enfermaran en la selva. La partida fue muy impactante para Yarima,
pues pasarse unos días en su cultura de origen la hizo aferrarse aún más a
ella.
Finalmente, poco tiempo después Yarima regresa sola a su pueblo para
quedarse y le pide a su esposo que le envíe a su hija por ser la que estaba más
ligada a los yanomamis ya que fue la única de los tres que nació allí, pero Ken
se negó y decidió quedarse con sus hijos y respetar la decisión de su esposa de
regresar a vivir a su pueblo originario.
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